
Con más de 30 años de recorrido, FUJIMAE ha pasado de ser una pequeña tienda familiar en el centro de Barcelona a convertirse en una marca de referencia internacional para quienes viven las artes marciales con pasión. Su historia es la de una evolución natural, nacida de la cercanía con su comunidad y del deseo de ofrecer productos que respondan de verdad a las necesidades de los aficionados y profesionales de los deportes de combate.
Hablamos con Rosi Gómez, Brand Manager de FUJIMAE, para conocer sus orígenes, entender cómo han sabido mantenerse fieles a su filosofía y descubrir cómo abordan los retos de un sector tan especializado como el de las artes marciales y los deportes de combate.
Lleváis más de 30 años en el sector. ¿Cómo nació FUJIMAE y qué os impulsó a especializaros en artes marciales y deportes de combate?
FUJIMAE nació a principios de los años noventa como una empresa familiar situada en el centro de Barcelona, al lado de la emblemática Plaça Sant Jaume. Lo que en un inicio fue concebido como un espacio cultural dedicado a la tradición —con mobiliario artesanal, objetos singulares y publicaciones especializadas— acabó convirtiéndose, casi sin pretenderlo, en el origen de un proyecto mucho más ambicioso. Entre esos artículos, comenzamos a ofrecer también uniformes de artes marciales, sin imaginar que marcarían el inicio de una nueva etapa.
Sin buscarlo, conectamos con una necesidad que nadie estaba cubriendo. Practicantes de distintas disciplinas llegaban a nuestra tienda porque no encontraban ese tipo de productos en ningún otro lugar. Primero fue la vestimenta, después protecciones, armas de entrenamiento… y así comprendimos que existía una comunidad apasionada, con necesidades concretas, y sin una marca que la entendiera de verdad. Así, nuestra tienda pasó de ser un espacio cultural a convertirse en un verdadero punto de encuentro para el mundo marcial, gracias a la escucha activa, la cercanía y una voluntad constante de mejorar.
A medida que crecíamos, crecía también nuestro compromiso. Publicamos el primer catálogo especializado en artes marciales en España, creamos primero una biblioteca y más tarde una videoteca cuando apenas existía contenido técnico, y fuimos ampliando nuestra gama para adaptarnos a la evolución del sector. Desde entonces, nuestra filosofía ha sido clara: estar al servicio de todos los practicantes, cubriendo el máximo número de disciplinas, desde los productos más básicos hasta los más exclusivos, incluyendo todos los complementos que acompañan la práctica. No queríamos limitarnos, sino construir una oferta completa y honesta.
Nuestro nombre también transmite nuestra filosofía. FUJIMAE nace de una combinación simbólica y significativa: por un lado, hace referencia a un monte sagrado e icónico, emblema de respeto, fortaleza y permanencia; por otro, es el acrónimo de Martial Arts Enterprise y, además, recoge las iniciales de los fundadores que dieron origen al proyecto. Además, en japonés, la palabra «mae» (前) significa “frente”, “adelante” o “lo que está por venir”, una idea que conecta de forma directa con nuestra actitud como marca: avanzar con respeto por la tradición, pero con la determinación de seguir construyendo el futuro.
Esa mezcla de intuición, cercanía y compromiso con todo el espectro marcial sigue guiando nuestro camino. FUJIMAE nació entre la tradición y la innovación, y ahí es donde queremos seguir construyendo: fieles a nuestras raíces, pero siempre mirando hacia adelante.
Desde FUJIMAE fomentáis las artes marciales como una forma de vida, donde el respeto hacia el oponente es fundamental. En un sector cada vez más competitivo y marcado por las modas, ¿cómo trasladáis esa filosofía a vuestro trabajo diario y conseguís preservar la esencia ética y cultural de las disciplinas con las que trabajáis?
En FUJIMAE creemos que las Artes Marciales no son solo una práctica física ni un producto de mercado: son una forma de vida basada en valores como el respeto, la disciplina y la superación constante. Esa convicción guía cada aspecto de nuestro trabajo, desde el desarrollo de productos hasta la relación con nuestros clientes. Para preservar esta filosofía, no solo trabajamos desde dentro con esa mentalidad, sino que también elegimos colaborar con personas, clubes y distribuidores que ven las Artes Marciales como las vemos nosotros. Así es como conseguimos mantener viva la esencia ética y cultural de cada disciplina, incluso en un entorno cada vez más competitivo y marcado por modas pasajeras. Porque para nosotros, esto no va de seguir una tendencia, sino de honrar una tradición.
Las artes marciales también tienen ciclos de moda. ¿Qué disciplinas han irrumpido con más fuerza en los últimos años y cómo se ha adaptado FUJIMAE a esas nuevas demandas?
Las Artes Marciales, como cualquier manifestación cultural y deportiva, también viven ciclos de popularidad. En los últimos años hemos visto un auge muy notable de disciplinas como las MMA, el BJJ, el Krav Maga y otras formas de entrenamiento híbrido que combinan eficacia técnica y preparación física. Además, el fitness de combate ha ganado una presencia significativa, acercando las técnicas marciales al entrenamiento general.
En FUJIMAE hemos respondido a esta evolución manteniendo siempre nuestra prioridad: escuchar al practicante. Analizamos las necesidades específicas de cada disciplina —desde el tipo de movimiento y contacto hasta el entorno de práctica— y adaptamos nuestros productos en consecuencia. Esto se traduce en el uso de materiales innovadores, patrones ergonómicos, refuerzos estratégicos y diseños que optimizan el rendimiento sin perder la autenticidad técnica.
Además, nos entusiasman las formas de entrenamiento híbrido que combinan técnicas de distintas disciplinas. Creemos que esa apertura refleja la esencia real de las Artes Marciales: un camino integral, en constante evolución, donde todo aporta y todo puede enriquecer al practicante. Para nosotros, las Artes Marciales no son compartimentos estancos, sino un conjunto coherente que une cuerpo, mente y técnica, venga de donde venga.
¿Cómo ha evolucionado el perfil del practicante? ¿Notáis más presencia femenina, de niños, más gente que empieza de adulta o que se interesa por motivos distintos a las artes marciales?
Muchísimo. Hoy en día vemos una comunidad mucho más diversa, rica y abierta que nunca. La presencia femenina ha crecido notablemente, y también la de personas adultas que se inician por bienestar, salud mental o desarrollo personal. El público infantil sigue siendo una base fundamental de esta comunidad, pero lo más bonito es que el “por qué” no es solo competir: muchos entrenan por conocerse, fortalecerse o encontrar un refugio. Ya no se trata solo de competir o alcanzar un cinturón negro. Ahora, muchas personas entrenan para conocerse, para superar miedos, para aprender a defenderse, para encontrar equilibrio o simplemente para sentirse bien. Y eso, para nosotros, es lo más valioso.
Al final, creemos que las Artes Marciales tienen algo que ofrecer a todo el mundo, y ver cómo se amplía ese espectro es una señal de que estamos avanzando en la dirección correcta.
Tenéis uno de los catálogos más amplios del sector. ¿Cómo decidís qué incorporar y qué dejar fuera? ¿Hay alguna disciplina en la que estéis creciendo especialmente?
Nuestro catálogo es el resultado de un equilibrio constante entre la escucha activa y nuestra experiencia acumulada. Escuchamos al practicante, analizamos las tendencias del mercado y, sobre todo, trabajamos codo a codo con expertos que conocen en profundidad las necesidades reales de cada disciplina. No incorporamos nada a la ligera: si no podemos garantizar un estándar alto de calidad, funcionalidad y fidelidad a la práctica, preferimos dejarlo fuera.
Actualmente, estamos creciendo especialmente en el ámbito de los Deportes de Combate, como el MMA, el Boxeo, el Muay Thai o el Kickboxing. Estas disciplinas no solo exigen un alto rendimiento técnico del material, sino que también evolucionan rápido en cuanto a estilos de entrenamiento y preferencias del practicante. Al mismo tiempo, seguimos desarrollando líneas muy cuidadas para disciplinas tradicionales como el Kendo o el Iaido, donde el respeto por los detalles y la autenticidad es clave.
No buscamos tener “de todo”, sino lo mejor para cada disciplina. Un catálogo amplio, sí, pero sobre todo coherente, construido desde dentro y pensado para quienes viven las Artes Marciales con la misma entrega con la que las vivimos nosotros.
¿Hay alguna disciplina que consideréis especialmente compleja a la hora de diseñar material técnico por su grado de exigencia o reglamentación?
Sí, hay disciplinas especialmente complejas por el nivel de exigencia técnica o por sus normativas específicas. El Taekwondo olímpico, por ejemplo, es un reto constante debido a su reglamentación cambiante, el uso obligatorio de tecnología y la alta exigencia en combate. También el Judo, donde la resistencia, el peso y el comportamiento de las telas en agarre y movimiento son clave. Lo cierto es que hay muchas disciplinas a las que todavía no llegamos como nos gustaría. Sabemos que aún tenemos camino por recorrer para poder ofrecer el material que cada una merece, y estamos trabajando muy duro para conseguirlo. Nos apasiona ese desafío técnico. Diseñar para quienes se exigen al máximo nos empuja a superarnos también como marca. Nuestro compromiso es seguir ampliando nuestro alcance, sin perder de vista la calidad y la fidelidad a la esencia de cada práctica.
Más allá de vender material, ¿Cómo os involucráis en el crecimiento o profesionalización de los clubes, dojos o gimnasios con los que trabajáis?
Para nosotros, los clubes, dojos y gimnasios con los que trabajamos no son simples clientes: forman parte de FUJIMAE. Y los cuidamos como tal. No solo vendemos material, sino que nos implicamos en su día a día, en sus retos y en su crecimiento. Escuchamos, asesoramos, apoyamos y buscamos siempre soluciones reales para sus necesidades.
Cada día trabajamos para poder ofrecerles los mejores precios, la mejor ayuda y, por supuesto, el mejor material para sus alumnos. Sabemos que su trabajo es fundamental para el desarrollo de las Artes Marciales, y por eso intentamos estar presentes más allá del producto: patrocinamos eventos, apoyamos torneos formativos, organizamos talleres y facilitamos el acceso a equipamiento personalizado para que cada espacio de entrenamiento pueda reflejar su propia identidad. Además, incluso contamos con ellos para realizar eventos en nuestras propias tiendas, dándoles un espacio donde puedan difundir su voz, mostrar su trabajo y conectar con más personas. Queremos que sientan que somos parte de su equipo. Porque si ellos crecen, las Artes Marciales crecen. Y ese ha sido siempre nuestro objetivo.
¿Colaboráis con atletas o entrenadores en activo para inspiraros en el desarrollo de vuestros productos? ¿Qué valor aportan al proceso?
Sí, contamos con la colaboración de atletas en activo y entrenadores que forman parte de nuestra comunidad. No buscamos necesariamente a los más mediáticos, sino a practicantes reales, comprometidos, que viven las Artes Marciales cada día. Son ellos quienes nos inspiran y nos ayudan a mantenernos fieles a la realidad del entrenamiento, con una visión cercana, honesta y muy valiosa.
A través del contacto directo con estos colaboradores, recogemos impresiones, sugerencias y necesidades que influyen en cómo diseñamos y evolucionamos nuestros productos. Su experiencia sobre el tatami, el ring o en el gimnasio nos permite detectar detalles que marcan la diferencia. Para nosotros, trabajar junto a ellos es una forma de mantener los pies en la base, donde todo empieza y donde realmente se pone a prueba lo que hacemos.
¿En qué os fijáis a la hora de patrocinar un evento o a una persona como embajadora de FUJIMAE? ¿Cómo encontráis el equilibrio entre la visibilidad comercial y la fidelidad a los valores tradicionales de las artes marciales?
Buscamos coherencia, autenticidad y una conexión real con nuestros valores. A la hora de patrocinar un evento o elegir a una persona como embajadora de FUJIMAE, no nos guiamos únicamente por el número de medallas o la visibilidad en redes sociales. Esos aspectos pueden influir, sí, pero no son lo principal. Lo que realmente nos mueve es encontrar personas y proyectos que encarnen el espíritu de las Artes Marciales tal y como lo entendemos: respeto, constancia, esfuerzo y comunidad.
Nos importa tanto el resultado como el camino. Valoramos a quienes entrenan cada día con determinación, a quienes enseñan con compromiso y pasión, y a quienes ayudan a otros a crecer desde dentro. Personas que dominan su combate interior, que luchan por superarse más allá del podio o la fama.
En cuanto a eventos, apostamos por aquellos que promueven el crecimiento real del practicante, que transmiten valores, que unen generaciones, y que respetan la tradición sin cerrarse al presente. Siempre buscamos ese equilibrio entre visibilidad y valores. Si un proyecto tiene repercusión, pero no representa lo que creemos, no participamos. Y si un evento es humilde, pero aporta a la comunidad, ahí estamos.
¿Cómo se percibe FUJIMAE fuera de España? ¿Os identifican como una marca española o es algo que pasa desapercibido?
Curiosamente, muchos de nuestros clientes fuera de España no saben que FUJIMAE es una marca española. De hecho, suele sorprenderles. Pero sí, lo somos. FUJIMAE nació aquí, y aquí seguimos: con sede en Martorell, Barcelona, desde donde diseñamos, desarrollamos y gestionamos todo nuestro catálogo. Además, contamos con dos tiendas propias, una en Barcelona y otra en Madrid, donde atendemos directamente a practicantes de todas las disciplinas y niveles.
Lo que ocurre es que, en el exterior, lo primero que se percibe de FUJIMAE no es el país de origen, sino la calidad técnica, la coherencia en el diseño y el respeto por el practicante. Nos conocen por lo que hacemos, no por de dónde venimos. Y eso nos parece una señal de que estamos haciendo bien las cosas.
Nos sentimos muy orgullosos de ser una marca española con proyección internacional. No queremos renunciar a nuestras raíces: al contrario, nos gusta pensar que desde aquí hemos logrado llevar nuestra visión de las Artes Marciales a decenas de países —hoy estamos presentes en más de 40 países de todo el mundo. Con humildad, pero también con ambición. Porque lo que nos define no es solo el producto, sino la forma de trabajar: cercana, honesta, exigente. Y eso, creemos, trasciende fronteras.
Nuestro objetivo nunca ha sido aparentar ser más grandes, más globales o más conocidos de lo que somos. Ha sido, simplemente, hacer las cosas bien, desde aquí, y que eso nos abra camino fuera. Y así está ocurriendo: cada vez más clubes, distribuidores y practicantes internacionales confían en FUJIMAE no solo por lo que ofrecemos, sino por cómo lo hacemos.