«La fotografía es mucho más que apretar un botón.» Ana Ávila, fotógrafa.
Ana Ávila es una fotógrafa que ama su profesión y que la concibe como una forma de hacer féliz a los demás. Este es uno de los secretos del éxito de su trabajo y su negocio, un estudio fotográfico en el que consigue crear momento maravillosos para convertirlos en preciosos recuerdos. En esta entrevita conocecemos un poco más sobre su profesión.
¿A qué os dedicáis en Ana Ávila Fotografía?
Soy especialista en fotografía de embarazo, recién nacido y bebés.
¿Cómo ha sido tu trayectoria profesional? Háblanos de tus inicios en la fotografía
Desde pequeña me encantaba el arte, estudié Bachillerato Artístico y luego Comunicación Audiovisual (mientras hacía cursos de fotografía constantemente). En cuanto acabé la carrera empecé a trabajar para distintas empresas como cámara y fotógrafa. Así que toda mi carrera profesional ha sido en este sector.
Lo único que mis primeros años estuvieron enfocados a otro tipo de fotografía: corporativa, de eventos…
¿Cómo supiste que tu vocación profesional era la fotografía?
La verdad, es que no sabría decirte cómo fue. Pero desde pequeña “lo sabía”, siempre quise estudiar arte y dedicarme a la fotografía. Supongo que es porque mi padre es un gran aficionado y me lo inculcó. Él siempre llevaba las cámaras a cualquier viaje que hacíamos. De hecho, mi primer curso de fotografía fue con una Konica TC analógica suya (y que aún conservamos).
¿Por qué elegiste la fotografía de sesiones de bebés y embarazadas?
Porque creo que no hay nada más bonito que fotografiar la vida y la inocencia de los más pequeños. No hay nada más preciado para unos padres que regalarles el recuerdo de su hijo para toda la vida. En la memoria las cosas se nos acaban olvidando, pero si tenemos fotografías siempre podrán recordarlo. Y, además, así podrán presumir de hijos.
¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?
Me encanta saber qué estás haciendo algo bonito para la gente. Un embarazo, la llegada de un bebé, un primer cumpleaños… son cosas para celebrar. Gracias a este trabajo, las familias pueden tener un recuerdo de algo así, lo cual es precioso. Y por supuesto, lo que más me gusta cuando vienen bebés o niños es ver como disfrutan, cómo ríen y cómo se lo pasan en el estudio, cuando no se quieren ir del estudio porque se lo están pasando en grande o cuando los padres te escriben agradeciéndote todo lo que has hecho por ellos… ¡te hace sentir muy bien!
¿Haces otro tipo de trabajos?
Sí. Sigo haciendo fotografía de eventos para algunas de las empresas para las que trabajé antes de montar el estudio. Pero en un segundo plano.
¿Cuánto puede tardar un encargo? Desde la primera reunión a la entrega de las fotos finales
Muy poco. Soy bastante rápida y creo que mis clientes lo agradecen. Tanto en la preparación de las sesiones como en el retoque de las imágenes.
En el caso de la fotografía de embarazo y recién nacido, a veces en una semana hacemos todo. Ya que, en cuanto me contactan, quedamos para hacer las fotos. En el caso de las sesiones Smash Cakes, sí que tardo un poco más (2/3 semanas), a veces quieren una temática personalizada para ellos y yo me encargo de todo: decoración, vestuario, tarta…
En la entrega en digital de las fotos tardo un par de días desde que vienen a hacerse la sesión.
¿Cuándo no hay inspiración, qué haces para encontrarla?
¡Internet! Estoy constantemente mirando ideas y buscando cosas… ¡tengo ideas hasta para sesiones que aún no me han pedido!
Háblanos del proyecto con el que te sientas más satisfecha
Montar mi propio estudio. Yo siempre soñé con tener uno, pero nunca me atrevía a dar el paso. Tenía un trabajo estable, una vida relativamente cómoda y dejarlo todo por montar un estudio tan enfocado a un tipo de fotografía era “cosa de locos”. Algunos me decían: “Pero, ¿tantos bebés nacen al año?, ¿la gente se hace fotos embarazados?”, “es una locura, haz fotos en tu tiempo libre”…
Pero otros, como mi familia y amigos me animaron ello. Al final me lancé a la piscina e inauguré el estudio hace tres años. A día de hoy, puedo dar gracias día a día por haberlo hecho.
¿Qué rasgos destacas de tu fotografía que la diferencie de las demás?
En la fotografía newborn me gusta que los bebés estén completamente desnudos. Algunos fotógrafos se ayudan de saquitos o les dejan vestidos. A mí me gusta que se les vea el cuerpo a pesar de que eso complica un poco la sesión. Por ejemplo, muchas veces se hacen pipí o caquita y hay que empezar de cero.
En el resto de fotografías, aunque siempre intento cuidar el atrezzo y los escenarios, destacaría la naturalidad. Me gusta que las personas sean los protagonistas por encima del atrezzo, que disfruten, que se rían y que estén cómodos. Y eso al final se refleja en las fotos.
¿Qué consejo le darías a alguien que quiere empezar en el mundo de la fotografía?
Que no desista y sea constante, si no deja de trabajar lo conseguirá. Son tiempos difíciles, no solamente por todo lo que está pasando en cuanto al COVID. Si no, porque hay mucha gente que piensa que por tener una cámara digital no necesitan del trabajo de un fotógrafo.
La fotografía es mucho más que apretar un botón. Por ejemplo, una sesión newborn lleva muchísimo trabajo detrás: es buscar atrezzo, comprarlo o crearlo (yo soy más de esta segunda opción para tener cosas diferentes al resto), montar el decorado en el estudio y acondicionarlo antes de que lleguen los papis, saber cómo tratar a un bebé de días, cómo dormirle, como posicionarte para no hacerle daño (hay formaciones específicas para esto), el retoque posterior de las fotos… Son detalles que diferencian las fotos de un profesional a las fotos de un aficionado…
Pero igual que pasa en este sector pasa en todos. Ultimamente tendemos a infravalorar el trabajo de los demás “porque cualquiera puede hacerlo”. Así que, mi consejo es que nunca pierdan las ganas de demostrar al mundo que no es así, que sus fotos solo pueden tenerlas si le contratan a él/ella. Y así llegarán lejos.
¿Dónde te gustaría estar dentro de 5 años?
¡En un local mucho más grande y con mucho más atrezzo! Pero dedicándome a lo mismo ️.
